Los bosques de la isla Robinson Crusoe: el tesoro en
peligro
Rodrigo
Vargas
Instituto de Silvicultura, Universidad de Freiburg;
Alemania
Reif, Albert
Instituto de Silvicultura, Universidad de Freiburg;
Alemania
Philippe Danton
Organización Robinsonia, Grenoble; Francia
¿Hai necesidad de prohibir
y bajo que penas la corta de Palma Chonta y Sandalo?
"Desgraciadamente desde los tiempos del descubrimiento
de nuestras islas, las dos especies han sido objeto
de la mas imprudente i descompensada explotacion, habiendose
reducido la existencia de la Palma Chonta (Juania australis)
a un numero de ejemplares que apenas escede de 100 a
150, no contando las plantas chicas, i la de Sándalo
(Santalum fernandezianum) a 1 solo ejemplar vivo que
en el año 1892 una comisión cientifica
descubrio en los bosques de Masatierra en cuanto a la
segunda especie hai poca esperanza de poder conservarla
y multiplicar en beneficio de la ciencia i de la industria…
"
Federico Johow (1896) en respuesta
al Ministerio de Relaciones Exteriores y Colonización
chileno.
Contexto
En marzo del 2010, se cumplen doce años desde
las primeras excavaciones desarrolladas por Bernard
Keiser y su equipo, en la búsqueda de un tesoro
en la isla Robinson Crusoe (IRC), archipiélago
de Juan Fernández. Las indagaciones desarrolladas
por este empresario e historiador estadounidense, se
refieren al "tesoro de Ubilla y Echeverría";
el cual consistiría en un par de cientos de barriles
de oro y plata, además de joyas americanas robadas
a la corona Española en 1712 (De Val, 2004).
Avaluado en diez billones de dólares, Keiser
ha gastado más de Us$ 5 millones en sus investigaciones
y excavaciones realizadas en el Puerto Inglés,
una pequeña Bahía ubicada al noreste de
la IRC (J. Fernández, 2009)
Un par de cientos de metros ladera arriba de la zona
de excavación; principalmente distribuido de
manera irregular en las laderas noreste de la IRC, existe
un bosque “único” que constituye
el ambiente natural de una de las floras más
interesantes del planeta (Cuevas & van Leersum,
2001).
Figura
1. Zona baja de Puerto Inglés en la isla Robinson
Crusoe. En primer plano se observan excavaciones en
la búsqueda del tesoro realizadas por el equipo
de B. Keiser. Detrás, los cerros verdes que albergan
áreas de bosque endémico (V.Castro©,2008)
Aunque
es muy complejo estimar el valor económico de
este bosque, resulta interesante considerar que en los
últimos diez años, el dinero gastado por
Keiser en la búsqueda del incierto tesoro, excede
en más de 300% a la suma invertida por el gobierno
de Chile, para administrar la totalidad del Parque Nacional
(Reserva de la Biosfera) en el que estos bosques se
encuentran (CONAF, Com. Personal, 2009).
Siendo un “tesoro” de endemismo a la vista,
estos bosques están actualmente en peligro (Biodiversa,
2009). Luego de más de 400 años de influencia
humana en la isla; fuegos, cortas selectivas y la introducción
de especies exóticas animales y vegetales han
afectado enormemente las comunidades boscosas. En la
actualidad más del 75% de la flora endémica
del Archipiélago se encuentra en grave peligro
de extinción, existiendo ejemplos recientes de
pérdida de especies (e.g. Santalum fernandezianum
en 1913; Robinsonia berteroi en 2004), siendo
urgente su conservación (Danton & Perrier,
2005, Danton & Perrier, 2006).
Endemismo
de la Isla Robinson Crusoe
La
isla Robinson Crusoe (4,794 ha) emergió desde
el fondo marino como un gran volcán hace aproximadamente
4 millones de años al frente de la costa de la
región de Valparaíso (Fig 2.) (Stuessy
et al, 1984). Con un área inicial de 100 mil
hectáreas, la mayor parte de su territorio se
ha vuelto a sumergir gradualmente por subsidencia, erosión
y el aumento del nivel del mar después del último
período glacial (Stuessy et al, 2005). Localizada
a 674 Km en el Pacífico, frente al puerto de
San Antonio (33ºS), ni la distancia al continente
ni su restringida superficie fueron obstáculo
para constituir una flora vascular que posee más
plantas endémicas por metro cuadrado que cualquier
otro sistema insular del mundo (Stuessy, 1992). De cada
diez plantas vasculares encontradas en la isla, seis
crecen naturalmente ahí, no existiendo en otro
lugar del planeta (Danton & Perrier, 2006).
Figura
2. Localización aproximada del archipiélago
Juan Fernández y mapa de la isla Robinson Crusoe.
Se indican áreas de bosque mejor conservadas
(i.e., existe regeneración natural y menor influencia
aparente de malezas): 1. Plazoleta el Yunque, 2. Quebrada
de Damajuana, 3. Sector La Piña (Adaptado de
U. Mayor, 2004)
La
mayoría de las especies de plantas endémicas
en el archipiélago de Juan Fernández poseen
un origen relacionado con la parte sur del continente
americano (80%), lo cual es lógico al considerar
su cercanía. Un décimo de las especies
migró desde el Pacífico oeste, de lugares
como Nueva Zelanda, Australia y Fiji. Un siete por ciento
colonizó desde los neo-trópicos Sudamericanos,
y el restante tres a cuatro por ciento, proviene de
lugares más alejados como Indo-China y Java (e.g.
el extinto sándalo: Santalum fernandezianum)
(Johow, 1896; Stuessy, 1992). Los pájaros a través
de la ingestión y posterior depósito de
semillas y frutos, o por adherencia de éstos
a las plumas, fueron muy importantes en la introducción
natural de especies a la IRC (Johow, 1896). El viento,
es el diseminador más probable de esporas de
helechos, los cuales constituyen una buena porción
de la flora nativa de la isla (27% Danton & Perrier,
2006). El viento también debe haber ayudado a
transportar los poco conocidos musgos, hongos y hepáticas
del archipiélago. La gran mayoría de estas
especies diseminadas por viento, proceden de la parte
sur de Sudamérica, lo cual hace sentido al considerar
las brisas dominantes que soplan desde el sur y el sureste
sobre la isla (Hajek & Espinoza, 1987). Una sola
especie habría arribado flotando, probablemente
ayudada por la corriente de Humboldt (i.e Sophora
fernandeziana) (Johow, 1896).
Pese a lo difícil de alcanzar, el archipiélago
de Juan Fernández y específicamente la
isla Robinson Crusoe constituyó un interesante
refugio para algunas plantas durante las sucesivas glaciaciones
que afectaron el extremo sur oeste de Sudamérica
en el último millón de años. Por
ejemplo, una especie única que aún existe
en IRC: Lactoris fernandeziana (Lactoridaceae),
es la última representante de una familia de
antiguas angiospermas (plantas con flores), de la cual
se ha encontrado polen en fósiles hallados en
la costa Sudafricana (Bernardello et al, 1999). Presumiblemente
la familia Lactoridaceae habría habitado extensamente
el supercontinente Gonwana (hace ca. 69 millones de
años) extinguiéndose masivamente luego
de la deriva continental y su migración a la
isla, lugar donde logró sobrevivir (Bernardello
et al, 1999). Muchos estudios se refieren a éstas
y otras particularidades botánicas de la vegetación
de la IRC (Johow, 1896; Skottsberg, 1953, Greimler et
al 2002), tratando detalles genéticos de las
especies raras (Bernardello et al, 1999; Anderson et
al, 2001;) y los problemas de conservación que
las afectan ((Ricci, 1994, Cuevas & van Leersun,
2001; Danton & Perrier, 2005). Pese a que muchas
de las plantas únicas y en peligro de conservación
habitan, coexisten, o incluso forman parte del bosque
de la isla Robinson Crusoe (e.g Lactoris fernandeziana
y Juania australis), muy pocos estudios tratan
aspectos ecológicos de los bosques isleños
en su conjunto, como sistema en sí (Vargas, 2004;
Cuevas & Vargas, 2006; Bannister et al, 2006). Esta
información es básica para conservar de
manera real y amplia, las plantas endémicas.
El bosque endémico de la isla Robinson
Crusoe: La Myrtiselva
Los
bosques endémicos en la IRC cubren mil quinientas
hectáreas aproximadamente, lo cual corresponde
al 31% de la superficie isleña (U. Mayor, 2004).
Ellos representan el 39 % de la vegetación de
Robinson Crusoe, que incluye también componentes
exóticos como: pastizales (41%), matorrales (17%)
y plantaciones forestales (3%). La superficie de bosque
endémico es bastante menor al considerar la influencia
de plantas foráneas y otros agentes exóticos
que los afectasn (e.g conejos, cabras, y otros). En
un escenario optimista, al año 2003 sólo
15% de la vegetación de IRC (11% de su superficie)
correspondía a bosques “sin degradación
aparente” (U. Mayor, 2004). Al actualizar esta
información a la fecha, a partir de observaciones
en terreno; se estima que no habrían más
de 300 ha (8-9% vegetación) de bosque bien conservado,
no existiendo bosques prístinos o sin intrusión
alguna en toda la isla (U. Mayor, 2004; Greimler, 2002)
(Fig 2).
En
los parches bien conservados, el bosque es 100% endémico.
La fisonomía es similar a la de un bosque templado
costero estando fuertemente determinada por la Myrtaceae:
Myrceugenia fernandeziana (80-90% arb/ha; 60-80%
área basal). Por esto ha sido denominado como
"Myrtiselva Fernandeziana" o simplemente "Myrtiselva"
(Danton, 2006). Fagara mayu (Rutaceae), Drimys
confertifolia (Winteraceae) y Raphithamnus
venustus (Verbenaceae) son las especies acompañantes
más frecuentes en la composición arbórea
(Fig 3).
Figura 3.Esquema vertical de la Myrtiselva
Fernandeziana en sector Quebrada de Damajuana (480 m.s.n
m). Distribución diamétrica y parámetros
de rodal típicos de bosque adulto de zonas bien
conservadas. M.f = Myrceugenia fernandeziana; F.m =
Fagara mayu; Drimys confertifolia; J.a = Juania australis
La dinámica de la Myrtiselva se basa principalmente
en disturbios endógenos (caída de árboles).
M. fernandeziana es capaz de regenerar bajo dosel, pero
también aprovecha intensamente los claros para
establecerse (Vargas, 2004). F. mayu y D. confertifolia
presentan una menor densidad, lo cual se explica al
considerar que parecen requerir aperturas del dosel
para establecerse, no regenerando considerablemente
bajo cobertura (Bannister et al, 2006; Cuevas &
Vargas, 2006). Raphithamnus venustus parece
ser tolerante a la sombra, siendo más frecuente
bajo dosel que en claros. A veces esta especie forma
pequeños grupos, aparentemente asociados a árboles
madre bajo dosel, aún así se comporta
adecuadamente al ser plantado en áreas abiertas
(Com. Pers. Hernán González, SAG 2008).
Otras especies arbóreas como Coprosma oliveri,
Coprosma pyrifolia, Bohemeria excelsa y la Palma
"Chonta": Juania australis son raras
y presentan normalmente menos de 5 individuos por hectárea
(Vargas, 2004).
En ausencia de alteraciones M fernandeziana
es el único árbol que regenera considerablemente
bajo dosel. En algunos parches, por ejemplo en las pocas
áreas boscosas planas de la isla (sector Plazoleta
el Yunque), esta especie muestra una estructura muy
estable, usualmente denominada equilibrio dinámico
(Donoso, 1993), con individuos en todos los niveles
de altura (al menos tres) y auto-reemplazo en el sotobosque.
Esta condición de estabilidad es muy extraordinaria,
debido a los recurrentes disturbios que generan claros.
Los claros constituyen aproximadamente entre el 8 y
25% del paisaje forestal nativo, dependiendo principalmente
del estado de desarrollo del bosque (Vargas et al.,
2006). A partir de un estudio exploratorio (2008) realizado
en el sector Plazoleta el Yunque (PLY, 144 ha; Fig 2),
siguiendo cuatro transectos de cien metros pendiente
arriba, se cuantificaron un total de 32 claros (>
25 m² sensu Runkle, 1981). La mayoría de
éstos eran formados por caída de árboles
(94%), se encontraban en zonas de ladera media (78%)
y presentaban un área entre 100 y 225 m²
(44%). Al analizar diferentes parámetros en detalle
para 20 claros del sector, la presencia de regeneración
(= 5 cm diámetro a 1,3m DAP) resultó considerablemente
mayor en las aperturas de dosel, que en las áreas
cubiertas. Los claros y sus bordes (zonas de transición
a la sombra y a la luz) parecen ser determinantes para
la composición de especies arbóreas, afectando
la proporción de cobertura vegetal, y modificando
la distribución de helechos, musgos y hepáticas
(Fig 4).
Figura 4. Comparación de regeneración
arbórea (=5cm DAP) y algunos micro-sitios presentes
en claros (cajas blancas) y bajo dosel (cajas oscuras).
Se marcan los valores máximos y mínimos
según muestreo en zona de bosque bien conservado
en Plazoleta el Yunque. Variables que presentan asterisco
(*) muestran diferencias significativas (95% confianza).
Desafortunadamente
hay dos especies exóticas que toman franca ventaja
de los claros naturales en la Myrtiselva de IRC. Incluso
en los sectores mejor conservados: el Maqui, Aristotelia
chilensis (Elaeocapaceae) y la Murra ó Zarzamora,
Rubus ulmifolius (Rosaceae) están presentes
(Danton & Perriere, 2006). Estas especies afectan
por competencia u opresión directa, la regeneración
endémica dentro de las aberturas del dosel. Desde
su introducción en 1864 y 1927, .A. chilensis
y R. ulmifolius (respectivamente) tendieron
a asilvestrarse formando una asociación arbustiva
que bordea la parte baja de los bosques endémicos
(Skottsberg, 1953). Su extraordinaria plasticidad y
adaptación al ambiente isleño, sumada
a la capacidad de dispersión a partir de sus
frutos comestibles ingeridos por el zorzal (Turdus
falklandii); ha determinado la invasión
de estas especies desde los bordes hacia los claros
del bosque (Fig 5, Fig 6).
Tras el azaroso depósito determinado por el zorzal,
se establecen en las áreas descubiertas rápidamente
al reproducirse de forma vegetativa. La zarzamora en
algunos casos se apoya e incluso se implanta sobre los
árboles endémicos alcanzando fácilmente
el dosel (Danton, 2006; Vargas, 2004). Consecuentemente,
esto afecta la dinámica natural de la Myrtiselva,
comenzando en casos, un peligroso proceso de invasión
biológica. Más aún pese a que no
invade los claros dentro del bosque, la Murta, también
asilvestrada (Ugni molinae; Myrtaceae), amenaza el bosque
al invadir principalmente los filos descubiertos de
laderas en sectores altos (> 400 m s.n.m) (Dirnböck
et al 2003). Infiriendo a partir del potencial de distribución
de las principales especies exóticas presentes
en la isla, Dirnböck et al., 2003) concluyeron
que la mitad del bosque endémico actual, presenta
una probabilidad > 60% de ser invadido o reemplazado.
Considerando la velocidad de invasión de los
últimos ochenta años, si medidas de conservación
no son efectivas pronto, esta invasión y reemplazo
de los bosques endémicos tardaría en el
mejor escenario menos de setenta años en ocurrir
(Dirnböck et al, 2003).
Figura
4. Comparación de regeneración arbórea
(=5cm DAP) y algunos micro-sitios presentes en claros
(cajas blancas) y bajo dosel (cajas oscuras). Se marcan
los valores máximos y mínimos según
muestreo en zona de bosque bien conservado en Plazoleta
el Yunque. Variables que presentan asterisco (*) muestran
diferencias significativas (95% confianza).
Fig 6. Regeneración de especies arbóreas
considerando distintos grados de cobertura. Mediciones
se realizan en centro del claro (sin cobertura), zonas
de transición (bajo los árboles bordes
del claro) y bajo dosel. Se comparan claros“naturales”
no invadidos (cajas blancas), y claros invadidos por
malezas (cajas oscuras). En barras cuadriculadas se
muestra el promedio de cobertura de malezas (Rubus ulmifolius
y Aristotelia chilensis) en los mismos sectores de muestreo
realizado en 20 claros del sector Plazoleta el Yunque.
Un
difícil camino a seguir
Los problemas medioambientales en la isla Robinson Crusoe
son complejos y multi-direccionales (Fig 7). Una actividad
paliativa que puede contribuir efectivamente a combatir
un factor no deseado, fácilmente puede afectar
otro componente natural del sistema, o contraponerse
a los intereses humanos, caracterizados por una comunidad
de pescadores de alrededor de 700 habitantes (INE, 2002).
Fig
7. Algunas relaciones que afectan positiva (líneas
continuas) y negativamente (líneas punteadas)
al bosque y ser humano en la Isla Robinson Cruosoe.
Se observan interrelaciones. Por ejemplo la Murra o
Zarzamora (R.ulmifolius) afecta negativamente al bosque
isleño al invadir sectores (línea punteada).
Al mismo tiempo esta especie se ve beneficiada (línea
continua) por el zorzal que dispersa sus semillas. El
ser humano también se beneficia de ella al aprovechar
sus frutos (Adaptado de Cuevas & van Leersum, 2001)
La conservación y restauración de la Myrtiselva
Fernandeziana en IRC no solo contribuiría a preservar
una flora única a nivel local, regional y mundial,
que hace al archipiélago conocido como "las
Galápagos botánica". También
determinaría la subsistencia de especies de aves
endémicas (e.g el picaflor de Juan Fernández,
Saphenoides fernandensis) (Hahn et al, 2005);
y aseguraría la mantención en calidad
y cantidad del suministro de agua para el uso humano,
protegiendo a la vez uno de los mayores atractivos turísticos.
Estos aspectos no son despreciables, la población
estable presentó un crecimiento de 29,7% entre
1992 y 2002 (INE, 2002), y el turismo es la actividad
de mayor proyección en la isla (Poulin, 2006).
A continuación se sintetizan algunas medidas
de conservación, posibles de aplicar para mitigar
la degradación del bosque endémico; la
mayoría ya han sido mencionadas en otros estudios;
y fueron discutidas por numerosos científicos,
autoridades y habitantes de Robinson Crusoe, presentes
en el taller de priorización para la conservación
de la biodiversidad terrestre del Archipiélago
Juan Fernandez (Biodiversa, 2009).
-Un punto de partida para abordar los problemas que
afectan la flora de la isla, es la creación de
un conservatorio y Jardín Botánico en
Robinson Crusoe. Esta sería una medida directa
de conservación para las especies amenazadas,
que idealmente podría también servir como
vivero para la producción de plantas endémicas
para abastecer actividades de restauración. Al
mismo tiempo el jardín botánico se puede
convertir en una atracción turística de
la isla y proveer de plantas como souvenirs para turistas,
lo cual contribuiría a la conservación
ex situ (Hallé et al, 2007).
-Definir en terreno las áreas mejor conservadas
de la Myrtiselva, adquiere actualmente importancia mayor.
Estos sectores deberían ser bien buscados, identificados
y diferenciados (considerando la compleja accesibilidad
de algunas áreas), con la idea de restringir
el acceso a visitantes sin objetivos concretos, e invertir
ahí los mayores esfuerzos de conservación
para mantener áreas de bosques relativamente
prístinos.
-Desde el 2004 se han desarrollado actividades de control
sobre las malezas Rubus ulmifolius y Aristotelia chilensis
en el sector Plazoleta el Yunque (Hagen et al, 2006).
Es importante sistematizar y evaluar a tiempo lo realizado,
considerando la regeneración natural establecida
luego del control de malezas. A partir de estas actividades
se puede sacar importantes lecciones para implementar
cuando se cuente con mayores recursos. Si se realizan
actividades de plantación es importante respetar
la composición y estructura arbórea existente
en el área, no alterándola al plantar
por ejemplo, especies que originalmente no se desarrollan
en las zonas tratadas (Obs. Personal, 2008).
-El establecimiento de una barrera fito y zoo sanitaria
en el aeropuerto y principalmente en el muelle central
de la isla, ha sido mencionado en multitud de estudios
como una medida preventiva para la entrada de nuevas
especies exóticas (Cuevas & van Leersum,
2001; Cuevas et al, 2004; Greimler et al 2002b). Esto
ha dado buenos resultados en islas similares, y se aplicaría
próximamente en Isla de Pascua, que presenta
una biodiversidad mucho más pobre, y un mayor
número de visitantes (Te Rapa Nui, 2009). También
se debería poner atención en los jardines
del Pueblo San Juan Bautista, donde se observan varias
especies potencialmente invasivas estando a tiempo de
evitar posibles irrupciones (Danton & Perrier, 2006;).
-Las plantaciones exóticas también deben
ser vigiladas. Actualmente existe un total aproximado
de 100 ha de Eucayptus y Cupressus spp,
que rodean el poblado de San Juan Bautista en la IRC.
Estas plantaciones previenen la erosión y abastecen
de madera para la construcción y otros usos.
Lamentablemente los límites de las plantaciones
no se encuentran bien definidos (en algunos tramos no
hay cercos) existiendo ejemplos de individuos que se
internan en las zonas bajas del bosque endémico
(Obs. Pers. 2008). Estas plantaciones constituyen un
interesante ejemplo de uso forestal comunitario en Chile.
Con precaución; su ordenamiento, planificación
y manejo contribuirían simultáneamente
a su aprovechamiento, y a la conservación de
la Myrtiselva (Vargas, 2004).
- La educación y el compromiso de la comunidad
local han sido lecciones importantes extraídas
de actividades de conservación ya realizadas
en el archipiélago de Juan Fernández (Cuevas
& van Leersum, 2001).Un gran esfuerzo con fuertes
inversiones a mediano y largo plazo, es hoy en día
necesario para conservar y restaurar el bosque endémico
de la isla Robinson Crusoe. Considerando la imperante
necesidad de financiamiento, no parece inadecuado establecer
un pequeño "impuesto de conservación"
por cada turista que visita la isla, lo cual ha dado
buenos resultados en áreas similares (e.g Archipiélago
Fernándo de Noroña, Brasil; Galápagos,
Ecuador) (Tisdall, 1997). Esto podría contribuir
a financiar actividades de conservación directa
en la isla, siendo además una medida de difusión
de las características únicas de éste
Parque Nacional y Reserva de la Biosfera.
Agradecimientos
Sinceros agradecimientos a personal de CONAF V región,
especialmente a los funcionaros en la Isla Robinson
Crusoe: Don Ivan Leiva, Sra Silvia Moreno y Guardaparques.
A la Fundación Kiefer (Freiburg) y Fundación
Oberdorfer (Karlsruhe) por posibilitar el viaje a la
isla. Muchas gracias también a Juan Pablo Montes
(Santiago) por la ayuda en la colecta de datos y a Daniel
Soto (Valdivia), Osvaldo Vidal (Freiburg) y Patricio
Novoa (Viña del Mar) por sus generosos y motivantes
comentarios.
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