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Incendios catastróficos en bosques andinos de Araucaria-Nothofagus:
efecto de la severidad y respuesta de la vegetación

Mauro E. González, Michelle Szejner, Ariel A. Muñoz, Jorge Silva

Laboratorio de Ecología de Bosques, Instituto de Silvicultura, Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales, Universidad Austral de Chile, Casilla 567, Valdivia, Chile.
E-mail de contacto: maurogonzalez@uach.cl

1. Introducción

El fuego tiene un importante rol en la ecología de los bosques andinos de Araucaria-Nothofagus (Veblen 1982; Burns 1993; Veblen et al. 2008; Mera 2009; González et al. 2010). En la región de la Araucanía este factor ecológico ha modelado significativamente estos ecosistemas al menos durante los últimos milenios (Heusser et al. 1988). Sin embargo, la actividad antrópica ha alterado dramáticamente la frecuencia y severidad de los incendios, especialmente post- 1880 (González et al. 2005 a; Quezada 2008). Durante el siglo XX vastas áreas de este tipo de ecosistemas forestales fueron “madereados” y deliberadamente quemados alterando el mosaico vegetacional y el régimen de incendios (Baquedano 1914; Montaldo 1974; González 1986; Silva 2009). Dada esta impronta humana tan marcada en el régimen de fuego desde la colonización Euro-Chilena de la Araucanía (post-1880), la percepción generalizada de la sociedad ha sido la de considerar a este tipo de disturbios como una amenaza y ajenos a estos ecosistemas forestales templados (González 2005; González et al. 2005 a,b). Sin embargo, en el verano del 2001-02 fuimos testigos de la ocurrencia de frecuentes tormentas eléctricas secas en la cordillera andina de la IX región, las cuales ocasionaron numerosos focos de incendios naturales – por rayos – afectando grandes superficies de bosques de Araucaria-Nothofagus. El caso que concitó la mayor atención pública y política por su envergadura fue el incendio que afectó a la Reserva Nacional Malleco y al Parque Nacional Tolhuaca, en cuyo último caso quemó alrededor del 70% de los bosques de Araucaria-Nothofagus (Peñaloza 2007).

Aunque el fuego no ha sido aún íntegramente reconocido como un importante factor ecológico natural en los bosques templados del centro-sur de Chile, la mayor parte de las especies muestran claras características o rasgos de adaptación para resistir o responder a los incendios (Veblen et al. 1995, 1996; González et al. 2006 a,b; González y Veblen 2007; Palma 2007, Mera 2009, González 2009). El objetivo de este trabajo es presentar los resultados preliminares del estudio de la respuesta post-fuego de bosques adultos de Araucaria-Nothofagus afectados por diferentes severidades en el incendio del año 2002 en el Parque Nacional Tolhuaca.

2. Materiales y Métodos

2.1 Área de estudio

Esta investigación fue llevada a cabo en el Parque Nacional Tolhuaca (PNT) ubicado entre los 38° 12’ S y 71° 45’ W, en la provincia de Malleco, región de la Araucanía. Los bosques del PNT se encuentran dominados en una gran proporción por bosques adultos de Araucaria araucana asociada con Nothofagus dombeyi y N. nervosa, entre los 1200-1400 m snm, y con N. pumilio sobre los 1400 m snm (Figura 1). Además, en el valle altoandino del río Pichimalleco (1100-1200 msnm) Araucaria se asocia en forma dispersa con N. antarctica, en un hábitat dominado por coironales. A menor altitud, entre los 900 y 1100 m snm, las principales formaciones corresponden a bosques secundarios y adultos compuestos principalmente por N. dombeyi y N. nervosa, con escasos individuos de Laureliopsis philippiana y Weinmannia trichosperma cercanos a cursos de agua. La principal especie del sotobosque en todas estas asociaciones es la bambúcea Chusquea culeou.

El clima es de tipo templado-cálido caracterizado por períodos secos de uno a cuatro meses durante el verano (Donoso 1993). La temperatura media anual es de 14ºC. Las precipitaciones son abundantes y bien distribuidas, fluctuando entre 2500 y 3000 mm en el año, con buena parte de precipitación sólida a mayor altitud. Los suelos se consideran incipientes, muy estratificados, sin desarrollo de fuertes estructuras (Peralta 1976) y con presencia de cenizas volcánicas estratificadas con areniscas incluídas (J. Schlatter, com. personal).

Figura 1. a) Principales tipos de bosques presentes en el Parque Nacional Tolhuaca; b) Áreas afectadas en el incendio del 2002 con distintas categorías de severidades (Peñaloza 2007).

2.2 Muestreo de la vegetación

En los bosques adultos de Araucaria-Nothofagus ubicados a 1200 msnm se establecieron 6 parcelas permanentes de 1000 m2 en el año 2003. Dos tipos de severidad fueron seleccionadas: a) bosques afectados por una severidad alta, con un sotobosque completamente quemado, y además parcial o totalmente consumido, con una mortalidad estimada >90% de los individuos arbóreos (> 5 cm diámetro a la altura del pecho, DAP) y b) bosques afectados con una severidad moderada, con un sotobosque parcialmente quemado, con individuos arbóreos sobrevivientes, y una mortalidad estimada bajo el 60% de los individuos arbóreos. En cada parcela se midió el diámetro a la altura del pecho de todos los árboles clasificados en individuos vivos (no afectados por el fuego), individuos quemados (afectados por el fuego pero vivos) y muertos en el incendio. La respuesta de la vegetación fue evaluada en 30 subparcelas de 1 m2 en cada parcela donde se estimó la frecuencia y cobertura de las especies de sotobosque utilizando la escala de clases de cobertura de Braun-Blanquet (van der Maarel 1979). En estas mismas subparcelas se contabilizó la densidad de las plántulas y brinzales (< 5 DAP y > 2m de altura).

3. Resultados

3.1 Efecto de la severidad del fuego sobre el componente arbóreo

En la condición de severidad moderada la mortalidad de individuos de Araucaria y Nothofagus sp. estuvo distribuida en todas las clases diamétricas presentes (Figura 2 y 3a). La proporción de individuos vivos – categoría no quemados y quemados vivos - representó más del 60 % de la población. En contraste en la severidad alta, todos los individuos de ambas especies fueron afectados por el incendio determinándose una mortalidad promedio superior al 90% (Figura 2 y 3b).

Figura 2. Efecto de la severidad del incendio sobre la supervivencia de los individuos arbóreos del bosque adulto de Araucaria- Nothofagus.

(a)

(b)

Figura 3. Bosque adulto de Araucaria-Nothofagus afectado por un incendio de: a) severidad moderada y b) severidad alta. (Fotografías: P. Szejner y M. Szejner)

3.2 Regeneración de especies arbóreas bajo distintas severidades

La severidad del incendio tuvo un importante efecto en la abundancia de la regeneración arbórea (Figura 4). Las especies de Nothofagus se establecieron de manera más abundante en la severidad moderada. Especies oportunistas como Embothrium coccineum y Lomatia hirsuta (ambas de la familia Proteaceae) fueron favorecidas en los sitios de severidad alta. La abundancia de la regeneración de Araucaria araucana no mostró mayores diferencias entre las distintas severidades. El establecimiento de esta especie provino tanto de semillas como de rebrotes vegetativos de individuos jóvenes (regeneración avanzada y brinzales) quemados. El establecimiento de plántulas de semilla se derivó de individuos adultos femeninos cuyos conos durante el incendio protegieron en su interior una proporción de las semillas (piñones). Si bien Nothofagus pumilio fue un importante componente del estrato arbóreo del bosque, la regeneración de esta especie en sitios afectados con una alta severidad – sin árboles remanentes vivos – no es exitosa a la fecha.

Figura 4. Establecimiento de la regeneración arbórea post-fuego en bosques de Araucaria- Nothofagus afectados con una severidad moderada y alta del incendio.

3.3 Regeneración de las especies de sotobosque bajo distintas severidades

Independiente de la severidad del incendio, Chusquea culeou se estableció más rápida y densamente alcanzando una mayor cobertura – y valor de importancia – que cualquiera de las otras especies en el sotobosque (Figura 5). La capacidad de C. culeou de rebrotar prolíficamente desde sus rizomas favorece su dominancia en el proceso sucesional inicial. Por otra parte, la mayor abundancia y cobertura de C. culeou pareció limitar la invasión de especies exóticas, muchas de las cuales arribaron vía ganado bovino presente ocasionalmente.

Figura 5. Valores de importancia de las especies nativas y exóticas establecidas en bosques adultos de Araucaria-Nothofagus afectados con una severidad moderada y alta de incendio.

En la severidad moderada se encontraron 30 especies de flora nativa, siendo los arbustos más comunes Maytenus disticha y Raukaua laetevirens, y Alstroemeria aurantiaca la herbácea más predominante. En la severidad alta de las 21 especies nativas encontradas, los arbustos más frecuentes fueron Ribes magellanicum y Gaultheria mucronata, y Muehlenbeckia hastulata y Dioscorea brachibotrya las trepadoras dominantes. Desde un comienzo, cinco y ocho especies exóticas se establecieron en la severidad moderada y alta, respectivamente. Las especies exóticas presentes en ambas severidades fueron Hypochaeris radicata, Senecio vulgaris y Cirsium vulgare.

4. Discusión y Conclusiones preliminares

El fuego es un disturbio - y proceso ecológico - natural que modela y configura el paisaje y los ecosistemas boscosos de Araucaria-Nothofagus en la cordillera de los Andes (González et al 2005; Veblen et al 2008). Luego de tres años desde el incendio, las áreas quemadas han sido colonizadas relativamente rápido por plantas establecidas vía semillas y rebrotes vegetativos adventicios, basales y de raíces, bulbos y rizomas que sobrevivieron al fuego. Entre las distintas especies, Chusquea culeou, se estableció más rápida y densamente por medio de su sistema de rizomas. Por su parte, las especies exóticas colonizaron de una forma más agresiva los rodales severamente quemados, debido aparentemente a la menor respuesta y cobertura de C. culeou. Si bien las principales especies arbóreas se han establecido exitosamente luego del incendio, la regeneración de N. pumilio, en la severidad alta, es nula. La falta de individuos remanentes que hayan sobrevivido al incendio y su incapacidad para establecerse vegetativamente han limitado seriamente su regeneración. Estos resultados preliminares indican que la mayor parte de las especies presentes poseen características autoecológicas, adaptaciones y estrategias para resistir y/o responder en forma relativamente exitosa a eventos o disturbios originados por fuego (Cuadro 1). Aspectos que actualmente se encuentran en estudio son el rol de los legados biológicos y otras características estructurales en la respuesta y dirección sucesional de la vegetación.

Cuadro 1. Características autoecológicas y adaptaciones de los árboles para resistir, responder y recuperarse de los incendios en bosques de Araucaria- Nothofagus en Chile y Argentina.

Agradecimientos:

Se agradece sinceramente el apoyo de CONAF (Corporación Nacional Forestal) en la persona de Marcelo Saavedra y a sus Guardaparques Iván Bolívar e Isaías Cofre. Esta investigación ha sido parcialmente financiada por International Foundation for Science (IFS), Fundación Andes, FUME (Grant- 243888), Dirección Postgrado Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales, UACh. Se agradece a Nathalie Szejner por la edición de las figuras.

Referencias:

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Editor Asociado: Daniel Soto

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