Revista nº 46
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Reportaje:
Hacia la autogestión de las cuencas hidrográficas en la Región de Los Ríos

El agua y el manejo de cuencas es un componente importante en el manejo sustentable del bosque nativo; y sobre tal concepto se sustenta el proyecto denominado “Gestión Integrada de Cuencas Abastecedoras de Agua en el Sur de Chile”, que cuenta con el apoyo de la Unión Europea.

Su principal objetivo, conectado con las líneas de acción de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN), es implementar un proceso participativo de la gestión integrada de cuencas hidrográficas que considere la diversidad en territorios y habitantes de las comunas de Valdivia, Mariquina y Lanco de la Región de Los Ríos.

El coordinador general del proyecto, el ingeniero forestal Cristián Frene, subrayó que contempla la implementación de experiencias piloto de gestión territorial integrada, enfocadas en las cuencas abastecedoras de agua y que den cuenta de las particularidades sociales y geográficas de los territorios rurales que abordará.

“Además, buscamos identificar instancias de discusión y capacitación relacionadas con el diseño e implementación de políticas públicas para el manejo del agua y promoviendo la participación informada y coordinada de la sociedad civil”, agrega.

Génesis

La idea tuvo varios años de gestación. Según relata Frene, “parte en cuando estuve trabajando en el núcleo FORECOS de la UACH. En ese entonces, año 2004, los investigadores de ese grupo enfocan su investigación a escala de cuencas y se concentran en los servicios ecosistémicos que el bosque nativo provee a la sociedad”.

En aquel entonces se trabajó en transmitir el conocimiento científico a los Comités de Agua Potable Rural (CAPR) de la Región de Los Lagos, a través de talleres de capacitación y actividades prácticas. “Fue una experiencia enriquecedora, pero que además me generó un cuestionamiento profundo entre el objetivo que persiguen las ciencias y su aplicabilidad en el mundo real”, suscribe el ingeniero forestal.

El proyecto nace formalmente en 2007 cuando las iniciativas que se llevan a cabo en la costa de Valdivia se hacen de forma más sistémica y detectan que tener una mirada forestal de los problemas que estaban ocurriendo en el campo no era suficiente.

“Problemas complejos requieren soluciones complejas. Es entonces que integramos al trabajo a un antropólogo y empezamos a hablar de paisaje cultural, de cómo integrar al humano en los complejos procesos que estaban generando la destrucción de los bosques nativos y el deterioro de tierras y aguas en general. Existen pequeños proyectos que tenían la visión, pero no el financiamiento suficiente para conseguir integrar esta red de problemas en soluciones palpables para la gente que vive y depende de estos ecosistemas”, agrega.

La iniciativa parte formalmente con el financiamiento de Fundación AVINA que permite sentar las bases para lo que vendría después, lo que posibilitó establecer relaciones de confianza con familias de algunos territorios de la costa de Valdivia y generar sinergias con otras iniciativas de la AIFBN.

“Concentramos los esfuerzos en la cuenca de Llancahue, que recientemente había sido entregada en concesión a la UACH y estaba en una situación muy delicada: los bosques nativos de la principal cuenca abastecedora de agua para la ciudad de Valdivia se veía amenazada por el abandono de las autoridades de gobierno y Pablo Donoso de la Facultad de Ciencias Forestales de la UACH trataba de reaccionar ante un panorama sombrío”, relata.

Frene sostiene que tiene una gran importancia para las líneas de acción de la AIFBN puesto que permite abrir un área nueva de trabajo en el sector rural con un enfoque integral desde el punto de vista territorial por tener un enfoque de cuencas.

A su juicio, también genera espacios de trabajo interdisciplinarios donde profesionales y familias rurales interactúan para generar una mejor relación con el ecosistema que habitan, que son además los que sustentan las actividades productivas de nuestro país.

“La ejecución del proyecto contribuye a la visión de la AIFBN y su posicionamiento como referente técnico-científico ya que los bosques nativos juegan un rol fundamental en la relación con la calidad del agua y su disponibilidad en el tiempo cuestión que se pretende demostrar a través de fundamentos técnicos y científicos”, dijo.

Manifestó que desde el punto de vista político será una gran oportunidad de fortalecer el diálogo entre el sector público y la sociedad civil ya que se pretende fortalecer la organización local y promover desde las bases propuestas que cambien gradualmente la actual visión utilitarista que se da a nuestros territorios y sus recursos naturales.

Acciones

El proyecto contempla una serie de actividades relevantes como la Instalación de mesas de trabajo con agentes locales involucrados en la gestión conjunta del territorio, la creación y operación de entidades de cuenca público privadas y la implementación de programas de monitoreo de la calidad y cantidad de agua en cada microcuenca.

Incluye la instauración de un proceso de capacitación dirigido a actores locales, dirigentes comunales y regionales ligados a la gestión del agua, un programa de educación ambiental para organizaciones rurales de base, orientado al manejo y conservación de cuencas hidrográficas.

Hasta el momento los profesionales se la han jugado por instalar el tema en 4 territorios distintos, generando principalmente dos actividades:
1) Levantar diagnósticos cualitativos de los territorios, que permitan tener una idea concreta de lo que ocurre en cada uno de ellos y analizar qué propuestas pueden entregar para solucionar los problemas que tienen las familias de cada localidad.
2) Entregar información (del proyecto y los diagnósticos) en los distintos territorios, a través de asambleas abiertas a toda la comunidad y reuniones con los dirigentes y personas claves de cada territorio.

Frene destaca que las comunidades rurales han tenido una muy buena recepción del proyecto, lo que a su juicio responde a varias elementos: “el agua es un tema que está en la mente de todos, ya que saben que sin agua no hay vida, y en los últimos años han visto de manera directa como este recurso vital se agota; el hecho de tener un equipo multidisciplinario de profesionales genera una apertura de temas, donde todos ven algún beneficio potencial, desde el que maneja bosques hasta él que sólo se dedica a la ganadería, pasando por soluciones macro como fortalecer la organización comunitaria”.

Agrega que la educación ambiental es un "arma maestra" de intervención, el hecho de estar siempre entregando conocimientos y recibiéndolos desde la realidad de cada territorio permite establecer un diálogo sincero.

“Y el hecho de plantear soluciones concretas, de no actuar de forma clientelista si no involucrando a las familias en las acciones”, expone.

El proyecto también ha abordado la instalación de invernaderos y talleres (Llancahue y en la costa), Operativos veterinarios (costa, Llancahue, Lanco y Villanahuel); visitas en terreno para propuesta y discusión de ordenamiento predial; programas de monitoreo de la calidad y cantidad de agua representativos para cada sector geográfico; capacitación de dirigentes y actores locales claves en la gestión del agua; y talleres y giras de intercambio de experiencias para lograr la conformación de una red interna que tenga una propuesta consensuada respecto al uso y conservación del agua.

Frene concluye destacando que las expectativas que se construyen con el proyecto se relacionan con la autogestión de los territorios, que las personas entiendan que su mayor tesoro es la tierra donde viven y su principal ventaja sobre el capitalismo es que conocen esa tierra mejor que nadie.

“De esta forma, la idea ultima de este proyecto es que las personas que viven en el campo despierten a la realidad en la cual viven y sean capaces de hacerse cargo de sus ecosistemas, pero de manera adecuada y no a través del saqueo de los recursos naturales, como ha ocurrido hasta ahora producto de su ‘adiestramiento’ que desde hace mas de 100 años impera, donde la lógica de la acumulación es la que impera”, destaca.


El proyecto tiene como asociados son la Universidad Austral de Chile (UACH), a través de la Facultad de Ciencias Forestales y la Asociación de Comunidades Mapuche Kallfulikan de Lanco.
Cubre los siguientes territorios:
- Valdivia, con 4 localidades rurales, 3 de ellas ubicadas en la Cordillera de la Costa (población aproximada de 1.500 habitantes). La otra localidad, Lomas del Sol (compuesta por 24 familias), ubicada en el sector Llancahue, es vecina a la cuenca que abastece de agua para consumo humano a la ciudad Valdivia (130.000 habitantes aproximadamente);
- Lanco, con 24 comunidades mapuche ubicadas en el Valle Central (con una población de 2.880 habitantes)
- Mariquina, con la localidad de Mehuín y una población cercana a los 2.000 habitantes.

Equipo de trabajo:
Antropólogo: fortalecimiento organizacional, estrategia de comunicación interna
Ing. Forestal: asesor forestal, capacitación, coordinador terreno
Educadora ambiental/establecimientos educacionales
Agrónomo: asesor agrícola, capacitación
Veterinario: asesor pecuario, capacitación
Ing. Forestal: investigación, coordinador estrategia comunicación
Gestores políticos: reuniones con autoridades y empresas, coordinadores locales del territorio
Periodista: asesor comunicacional
Abogado e historiador: apoyo jurídico

Financiamiento de la Unión Europea: 148.000 euros

Educación ambiental
La encargada del área de este proyecto, María Paz Torres, explica que se implementará un programa cuyo objetivo será promover en la comunidad escolar la comprensión del funcionamiento de una cuenca hidrográfica, con énfasis en la importancia del bosque nativo en la regulación de caudales y la calidad del agua para el consumo humano.
Hoy se ejecuta una iniciativa con dos establecimientos educacionales: el Liceo Politécnico Pesquero de Mehuín y la Escuela Candido Martínez de Huellelhue, en los cuales ya se han desarrollado talleres en aula con estudiantes de 4º,5º y 6º año básico.
“Dentro de las actividades también se contempla salir a terreno durante el año a la Cuenca Villa Nahuel de Mehuín y la Cuenca Llancahue de Valdivia”, recalca la ingeniero forestal.



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