Editorial:
Especial Fomento Forestal
Los bosques nativos chilenos se han utilizado desde antaño con una escasa o casi nula aplicación del concepto de sustentabilidad. Desde aquella remota época hasta ahora, han contribuido a través de su madera y múltiples bienes y servicios al desarrollo de nuestro país, dándoles calor, belleza, fortuna y orgullo a los ciudadanos. Es indudable que han ayudado al progreso de Chile en la mayor parte de su historia republicana, pero como cualquier cosa que se use mal, a largo o corto plazo se degrada, no sirve, o simplemente no es competitivo respecto a otros usos.
Hace un tiempo atrás, se pensaba que los recursos forestales nativos eran inagotables, por su gran superficie y/o su potencial productivo, pero con el paso de los años nos hemos dado cuenta de su limitada existencia por el desmedido uso. La presión de antaño por el recurso no era global, como en nuestros tiempos, y es esta inmensa presión demográfica la que actualmente no permite la absorción de los efectos negativos de explotación convencional, ni la recuperación de ecosistemas forestales de manera natural.
Por otro lado, es sabido hoy en día, que con el sistema económico imperante en el mundo, lo que no sirve “se desecha” o simplemente “se reemplaza” por algo más productivo. Bajo ese contexto, gran parte de la superficie de nuestros bosques se enfrenta a otros usos que en ocasiones pueden ser más rentables, como la agricultura, la viticultura, las plantaciones forestales exóticas, entre otras, o en el peor del los casos se encuentra degradada por el mal uso.
Como respuesta a este sistema económico imperfecto, los ciudadanos conscientes se organizan y nacen instituciones como la AIFBN, que en su caso abogan por la conservación de nuestros bosques, teniendo como punto focal la conservación, la sustentabilidad, y el uso racional de los recursos forestales para obtención de múltiples bienes y servicios para el ser humano. Muchos años han pasado desde que los chilenos hacemos mal uso de los bosques nativos. Creemos que ha llegado la hora en que las autoridades y políticos, y los ciudadanos en general, le demos la mano a nuestro bosque nativo a través de un fomento serio para su buen uso y conservación. Si no lo hacemos pronto seremos mirados por las futuras generaciones como los irresponsables que destruyeron lo que les pertenece.
Por eso el presente volumen de la Revista Bosque Nativo es una iniciativa de sus socios que se presenta como un esfuerzo y una mirada multisectorial con respecto a la situación actual del conocimiento y de las necesidades que presenta nuestros bosques nativos, con el propósito de que las autoridades y la ciudadanía conozcan y puedan sumar esfuerzos para su conservación, recuperación y desarrollo.
Daniel P. Soto
Editor Jefe Revista Bosque Nativo
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