Revista nº 48
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Chile y Argentina se unen para detener la degradación y deforestación

Trabajar por la disminución de las emisiones de CO2 causadas por deforestación y degradación de bosques nativos, contribuyendo al resguardo de su biodiversidad, inspira la ejecución (2011-2015) del proyecto binacional en las ecorregiones valdiviana y chaqueña.

Por Carolina Montiel

Pequeños propietarios y comunidades indígenas se verán beneficiadas por los resultados que se esperan del proyecto “Reducción de las tasas de deforestación y degradación de los bosques nativos en Chile y Argentina”, en el marco del Programa Temático para el Medio Ambiente y la Gestión Sostenible de los Recursos Naturales, incluida la energía, de la Comisión Europea.

A cargo de la ejecución está la ONG Forestales por el Desarrollo del Bosque Nativo, perteneciente a la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN). Las organizaciones asociadas en Chile son el Departamento de Acción Social del Obispado de Temuco (DAS), la Corporación Nacional Forestal (CONAF), la Corporación de Certificación de leña (CCL). En Argentina, la Red Agroforestal Chaco (REDAF), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Fundación AVINA.

La estrategia para alcanzar los propósitos de este enfoque binacional plantea la interacción de elementos políticos, sociales y económicos en escenarios de amplia participación ciudadana para la conservación; trabajo con pequeños y medianos propietarios de bosque nativo; y comercialización de bienes y servicios.

Se revisarán, entonces, propuestas de políticas relativas a bosques nativos creadas en ambos países durante la última década. Mientras que el seguimiento de la deforestación y degradación se realizará a través de monitoreos satelitales y ciudadanos. “El primer tipo se enfocará en las áreas de mayores presiones antrópicas, usando imágenes satelitales para detectar y hacer seguimientos a procesos de desmonte y extracción maderera convencional. El segundo, generará y fortalecerá redes sociales para el control y denuncia de casos”, detalla Rodrigo Pedraza, director del proyecto.

En el área social el diseño de los programas de asistencia técnica se realizará con la participación de los productores y su implementación contribuirá al manejo sustentable de los recursos naturales en los predios forestales. El componente económico, a su vez, velará por la certificación de bienes para regular la comercialización de productos.

Un punto importante para Chile tiene relación con evaluar posibles precursores de la degradación forestal, analizándose por ejemplo procesos informales de utilización de leña, inclusión de ganado entre otros. y los efectos negativos que éstos podrían generar a los bosques del sur de nuestro país, así como también a las comunidades producto de la disminución del valor de sus predios lo que podría forzarlos a migrar del campo a la ciudad.

En tanto, los campesinos de la trasandina ecorregión chaqueña se ven afectados por conflictos de tenencia de la tierra, desaparición del hábitat de la fauna silvestre y fumigaciones aéreas con agroquímicos. Buena parte de la leña, carbón y postes producidos allí no provienen de un manejo forestal sustentable. Sólo en la provincia de Santiago del Estero se desmontaron entre 1999 y 2007 un total de 1.625.126 hectáreas (25% de total a 1998).

Redes de aprendizaje

El Director Ejecutivo de CONAF, Eduardo Vial Ruiz-Tagle, expresa que el apoyo y participación del organismo en este inédito proyecto de carácter público-privado binacional “tiene como objetivo mejorar la capacidad de monitoreo de los bosques para promover el manejo forestal sustentable en América Latina”, pues “los problemas medioambientales tienen su origen en acciones locales, pero sus impactos y consecuencias son de carácter global”.

Agrega que el proyecto permitirá a CONAF compartir su experiencia con otras organizaciones, chilenas y argentinas, en el trabajo que por más de quince años ha desarrollado, en el ámbito de extensión con campesinos forestales.

“Las organizaciones de la sociedad civil deberán seguir encauzando y canalizando las opiniones y preocupaciones de los ciudadanos hacia los distintos poderes del Estado”, asegura, visualizando en esta iniciativa una oportunidad para fomentar la participación.

“La degradación lleva consigo aspectos relacionados con la pérdida de la diversidad biológica contenidas en ellos y una menor productividad de ecosistemas boscosos que acarrea menores ingresos a sus dueños. Cuando se inician estos procesos parten círculos viciosos que acrecientan la pobreza”, puntualiza.

Impactos que canalicen demandas sociales

Ana Laura Álvarez, integrante de la Comisión Directiva de REDAF, releva que la extensión del análisis que viene aparejado al proyecto da un impulso a las iniciativas que ya se han desarrollado en la región chaqueña.

“Para nosotros es muy valioso trabajar con Chile, porque si bien la realidad del bosque es diferente en cada país, es importante abordar esta problemática en común que afecta a quienes reciben directamente las consecuencias de los cambios de especies por productos como soja y monocultivos. Así cualquier impacto político podría ser mayor”, destaca.

Por tanto la iniciativa binacional, a su juicio, abre espacios para “enriquecernos mutuamente de experiencias de incidencia política, dando visibilidad a temas que integran la compleja dinámica de los bosques nativos”.

En esta línea la iniciativa generará “más herramientas que nos permitan obtener datos concretos orientados a nuevos cambios, todo ello porque las complicaciones derivadas de la deforestación son múltiples, como la reducción del espacio físico, el incremento de la pobreza campesina y los conflictos sociales, las dificultades en el acceso al agua, y los problemas derivados de las fumigaciones”.

En tanto, Andrés Abecasis, gerente del Programa Gran Chaco Americano de AVINA, sostiene que "debemos construir redes de aprendizaje entre estas ecorregiones. En Chile se ha desarrollado, por ejemplo, un excelente sistema de Certificación de Leña. Re-editarlo y adaptarlo a la realidad chaqueña argentina nos permite ganar varios años en esta carrera".

"Sólo si la sociedad civil es capaz de trabajar articuladamente podremos gestionar de manera más sostenible bienes como los bosques. Es preciso pasar de la búsqueda de la incidencia a la construcción colectiva, promoviendo la creación de una institucionalidad más abierta", subraya.

Abecasis también destaca que la deforestación en Argentina "produce en muchos casos la expulsión de las comunidades que viven del bosque hacia las grandes urbes, desertificación de los suelos, desarraigo, desertificación, sequía e inundaciones". Sin embargo, "la solución no es el conservacionismo opuesto a la producción. Sabemos que es posible producir conservando la biodiversidad y respetando los derechos y modos de vida de las comunidades", agrega.

Por su parte Marcelo Navall, técnico investigador de INTA, asegura que este proyecto es una oportunidad para abordar de manera aún más directa el tema de los bosques nativos, integrándolo con las áreas agrícolas y ganaderas donde históricamente ha estado puesto el foco de la institución que representa y con “un nivel de decisión de escala nacional”, afirma.

“Este asunto es innovador, cuenta con el respaldo de socios de gran experiencia y expresa una declaración muy fuerte respecto de reducir las tasas de deforestación. Hay muchos lugares en donde se busca expandir la frontera agropecuaria, y una de nuestras tareas es seguir sensibilizando respecto de que la deforestación sin control es un problema”, finaliza.

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